La Web no está organizada formalmente, es decir, no existe ningún organismo regulador central ni otra autoridad que controle la información disponible en la Web, ni la forma como se presenta. Sin embargo, a pesar de que no existe un lugar donde se pueda solicitar el registro de un sitio, las personas que buscan la información pueden acceder a ella, y las personas que la suministran pueden ponerla a disposición. Del lado de la demanda, las personas que buscan la información utilizan motores de búsqueda, directorios, publicidad, recomendaciones personales, portales de temas específicos y algunas veces el correo electrónico no solicitado, para encontrar los sitios pertinentes. Del lado de la oferta, quienes desean poner información a disposición de otros deben hacer lo siguiente:



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